miércoles, 23 de septiembre de 2009

Hombres con pantalones bien puestos

Juanes y Miguel Bosé, ambos me dejaron con la boca abierta. No por el concierto, no, sino por su coraje. En primer término sabían perfectamente a donde iban y lo mantuvieron todo, tanto las alegrías como los enfados muy en un segundo plano. Que no se transparentara lo que iba ocurriendo en la Isla en medio del mar, su objetivo estaba muy bien definido.
Según palabras de Juanes: Estamos diciendo cosas importantes sobre la gente joven de Cuba y subraya la gente joven de Cuba carajo por el futuro de Cuba eso estamos haciendo aquí y hemos encontrado una barrera muy fuerte, no lo vamos a permitir, punto se acabó…no, no y no, no me voy para esa habitación aquí nos vamos a quedar todos. Cuando quieran hablar aquí estamos.
Creo que además de haber llevado un rato de guaracha sin pensamiento gastronómico, este momento si abrió algunas compuertas que hasta ese minuto estaban clausuradas para los ojos turísticos de ambos cantantes.
Esa persecución, ese delirio de vivir en la cabeza del otro, ese acoso ilimitado y el llevarte a el lugar donde nadie pueda ver y así actuar sin testigos, es lo que vivimos todos los cubanos día a día, allá o aquí, siendo el aquí cualquier punto de la geografía mundial.
Gracias a ambos, vuelvo y repito no necesariamente por el concierto sino por el coraje del intento y de la consumación.

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