domingo, 22 de junio de 2008

Estreno tienda de disfraces


La complejidad y celeridad con que se mueven las sociedades actuales, le van dando cada vez menos espacio al individuo puro. No me refiero a la pureza en sentido moral y mucho menos religioso, sino al simple hecho de ser como se es y no inventándose disfraces. La soltura y la espontaneidad van perdiendo su valor y así se le regala el espacio a los afeites lo mismo, internos que externos.
En el blog Generación Y, descubrí un triste comentario a una muy ingeniosa entrada de Yoanni. Todo giraba en torno a su ropa, porque según la comentarista el 75% del valor de una persona está en lo que se ponga. Igualmente no sé si fue risa o terror lo que sentí, al ver unas fotos donde a Kate Moss se le caían las extensiones que hacen parecer que disfruta de una abundante cabellera.
Senos rellenos (parece una receta culinaria) ojos que cambian de color, pelo de otra cabeza, uñas de 20 materiales distintos, labios que como dice Sabina de tanto pincharlos ya no saben besar. Si fumas compra chiclets, si te sientes inferior compra carro grande, si quieres que te miren compra mucha ropa (pero tiene que ser de marca reconocida porque a estas alturas cuando te estas desnudando, es el momento adecuado para ver las etiquetas de fabrica que lleva tu pareja). Si lo que está IN es decir que Obama, para allá vamos, si es que a partir de hoy mi más reciente circulo social concluye que la tierra ya no es redonda sino hexagonal me apunto.
Queda muy poco espacio para la originalidad, entonces visto desde ese punto y con lo apretada que está la economía mundial he decidido poner una tienda de disfraces a la medida.Venderé tanto disfraces corporales externos como internos, venderé ideas originales que se desvanecen en 72 horas, quita olores, quita recuerdos, trajes de apreciación musical en dependencia de a quién vayas a visitar. En fin de todo lo que haga feliz a la gente y rica a mí.

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