La música está ligada a mi vida diaria prácticamente como la misma comida. Estando de acuerdo en que es el arte de combinar los sonidos de forma coherente, necesito de ella, tanto para trabajar, manejar, concentrarme en una idea, evocar un recuerdo o simplemente como vehículo de relajación.
Mi espectro de aceptación musical es muy amplio, no obstante tengo preferencias muy marcadas. El Rock, en especial el de los 60 y 70, CCR, Boston, Pink Floyd, y Chicago entre otros (dicho sea de paso que no era la música que se oía en mi casa). En algún tiempo los trovadores formaron parte indisoluble de mi cultura general (hoy ya no tanto, queda más bien la nostalgia). Y tengo una rara manía de darle demasiada atención a las Bandas Sonoras de las películas que veo, por lo que me he convertido en una fanática de Hans Zimmer, Enio Morricone, Mark Isham o Thomas Newman. Me gustan tanto los brasileños como la música clásica, pero me declaro poco receptiva a la música en español, aunque lo más simpático es que apenas entiendo el inglés.
Creo que esto se debe a que le presto más atención al fenómeno para mí indescifrable y perfecto de la armonía, ritmo y melodía que al texto como tal. Pero desde hace algunos meses estoy sufriendo una crisis de identidad musical, prácticamente nada me acomoda. Lo noté, o lo hice conciente hace dos noches cuando iba manejando por la ciudad y me percaté que cada una cuadra cambiaba el CD que previamente había escogido. Solo un tema me hizo respirar con satisfacción, una canción que no está ligada a mí, ni generacional y sentimentalmente. Pero me hizo tanto bien que le proporcioné todo el volumen posible al reproductor y baje las ventanillas…cuando me di cuenta estaba extasiada. Simplemente se trataba de Bitter Sweet Simphony, de The Verve.
Los autores son ingleses muy jóvenes.
Cause it´s a bitter sweet symphony that´s life
try to make ends meet, you´re a slave to the money then you die
I´ll take you down the only road I´ve ever been down
You know the one that takes you the place where all the things meet. Yeah
Well I´ve never prayed, but tonight I´m on my knees, yeah.
I need to hear some sounds that recognise the pain in me
I let the melody shine, let it cleanse my mind, I feel free now
But the airwaves are clean and there´s nobody singing to me now.
No change, I can change, I can change, I can change
but I´m here in my mould, but I´m here in my mould
And I`m a million different people from one day to the next
I can't change my mould, no,no,no,no,no,no,no
Have you ever been down?
I can change, I can change...
Mi espectro de aceptación musical es muy amplio, no obstante tengo preferencias muy marcadas. El Rock, en especial el de los 60 y 70, CCR, Boston, Pink Floyd, y Chicago entre otros (dicho sea de paso que no era la música que se oía en mi casa). En algún tiempo los trovadores formaron parte indisoluble de mi cultura general (hoy ya no tanto, queda más bien la nostalgia). Y tengo una rara manía de darle demasiada atención a las Bandas Sonoras de las películas que veo, por lo que me he convertido en una fanática de Hans Zimmer, Enio Morricone, Mark Isham o Thomas Newman. Me gustan tanto los brasileños como la música clásica, pero me declaro poco receptiva a la música en español, aunque lo más simpático es que apenas entiendo el inglés.
Creo que esto se debe a que le presto más atención al fenómeno para mí indescifrable y perfecto de la armonía, ritmo y melodía que al texto como tal. Pero desde hace algunos meses estoy sufriendo una crisis de identidad musical, prácticamente nada me acomoda. Lo noté, o lo hice conciente hace dos noches cuando iba manejando por la ciudad y me percaté que cada una cuadra cambiaba el CD que previamente había escogido. Solo un tema me hizo respirar con satisfacción, una canción que no está ligada a mí, ni generacional y sentimentalmente. Pero me hizo tanto bien que le proporcioné todo el volumen posible al reproductor y baje las ventanillas…cuando me di cuenta estaba extasiada. Simplemente se trataba de Bitter Sweet Simphony, de The Verve.
Los autores son ingleses muy jóvenes.
Cause it´s a bitter sweet symphony that´s life
try to make ends meet, you´re a slave to the money then you die
I´ll take you down the only road I´ve ever been down
You know the one that takes you the place where all the things meet. Yeah
Well I´ve never prayed, but tonight I´m on my knees, yeah.
I need to hear some sounds that recognise the pain in me
I let the melody shine, let it cleanse my mind, I feel free now
But the airwaves are clean and there´s nobody singing to me now.
No change, I can change, I can change, I can change
but I´m here in my mould, but I´m here in my mould
And I`m a million different people from one day to the next
I can't change my mould, no,no,no,no,no,no,no
Have you ever been down?
I can change, I can change...
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