martes, 3 de junio de 2008

Las sombras amorosas


Esta es una de las definiciones que ofrece el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española: sombra es una región de oscuridad donde la luz es obstaculizada. Debido a la capacidad de este fenómeno físico, la sombra ha sido objeto de innumerables usos. Desde ser la precursora de la cinematografía a través de las sombras chinescas (que nacieron en Java y no en China) hasta la poderosa impresión que causa una obra del Renacimiento donde tanto poder tiene lo que reluce como lo oscuro.
Por ejemplo Saatchi and Saatchi Nueva Zelanda ha explotado este recurso en varias campañas. Una muy sugerente estaba destinada a dar la impresión a través de la imaginaria sombra de un auto de carrera pintada en la calle. De esta manera se sentía que este podría sobrevolar cualquier obstáculo. Mac Donalds, a través de Leo Burnett, compuso una valla gigantesca donde apropiándose de la sombra que emitía un aditamento recto, funcionaba como un reloj de sol que indicaba la hora en que se podía, con toda seguridad, escoger una de las ofertas de la famosa cadena de comida rápida.
Pero las sombras también han sido vilipendiadas. Nos referimos a sombra al pensar en la ignorancia, o también lo es la aparición de una persona ausente o difunta, peor aún, cuando se cede la luz propia para convertirse en una sombra, molesta o insignificante.
Sin embargo, hace unos pocos días vi una fotografía tomada a la sombra de dos cuerpos, dos cuerpos realmente parecidos, donde cada uno tomaba su lugar y en el extremo superior se fundían en un beso. Eso me hizo creer que hasta las sombras son capaces de dar amor.

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