jueves, 29 de enero de 2009

Cuando el cine desborda sus límites


Hace 5 años acudo al mismo lugar a rentar películas. Lo hago con una frecuencia mínima de una vez por semana. En ocasiones he llegado a tres en siete días. El sitio es un Movie Max ubicado en la Abraham Lincoln.
De allí he conocido a casi todos sus personajes. Entre ellos Juanito que ya no está. Este hombrecito era el paralelo de Sy Parrish. El diligente servidor de una tienda de revelado fotográfico que poco a poco se va metiendo en tu vida, en el film One hour photo. Cada fin de año le llevábamos vino y chocolates.
Pero justo al lado de la tienda hay otro personaje. Este mucho más cinematográfico. Un señor de edad indefinida (alrededor de los 65 años), que viste invariablemente la misma ropa: pantalón azul con tirantes y camisa de manga larga igualmente azul. Lo acompaña un perro de edad más indefinida aún. En ocasiones lo he visto revisando un croquis de no sé qué. Otras sirviéndole una enorme chuleta a su fiel acompañante.
En una momento me lo tropecé en el Super que queda justo en frente del sitio de renta. El azar quiso que coincidiéramos en la caja registradora y que el personaje me preguntase de donde yo era, porque a su juicio era evidente que no era dominicana. Ignoro porqué tuvo esa impresión. Solo me reí, no, no era española, ni mucho menos argentina. Creo que finalmente nunca le dije de donde era.
Luego de ese día cada vez que paso por películas, lo saludo con un breve gesto de la mano. Hace unos días mi hija que también es muy observadora me comentó que el señor parecía un personaje sacado de una película. ¿Lo conoces mamá? No. ¿Por qué lo saludas? No sé por curiosidad tal vez.
El interrogatorio siguió, que si el hombre misterioso vive ahí, que si es su oficina, a qué se dedica. Solo respondí con negativas, realmente no sé nada sobre él. Aunque reconozco que me intriga bastante. Otro día en que igualmente me acompañaba Ana Rosario, el señor se detuvo a comentarme que que bien llevaba mi cabello rizado…Ana se río por lo bajo yo le hice una mueca de agradecimiento.
Hoy fui a rentar varias películas para el fin de semana y la curiosidad me llevó a preguntar a uno de los jóvenes dependientes del lugar, que se hacía en aquella otra puerta de cristal donde solo hay un papelito escrito a mano que dice: en caso de emergencia llamar a los números tal y tal. El hecho de que respondiera a emergencias creo que fue lo que disparó al máximo mi curiosidad. Hace muebles finos, me dijo el joven, tiene un catálogo muy extraño…cuando vuelva dígale que se lo enseñe, creo que es un artista.
Los que conocen el lugar sabrán de que hablo y estarán de acuerdo conmigo en que casi seguro que el señor no es lo que dice el joven, sino un personaje salido de un DVD de la tienda de al lado.

No hay comentarios: