miércoles, 28 de enero de 2009

El caníbal de Rothenburg y el amable delincuente


Cualquiera de los dos es un personaje extraño. El primero tenía una pasión, devorar vivo a un ser humano. El segundo dejarse atrapar cuando ya se había perdido su pista.
En el caso del caníbal necesitaba de un tonto cómplice que permitiera llevar a “buen fin” su desmesurado antojo. El amable delincuente, quería dejar fuera de combate a sus antiguos captores.
La capacidad de invención del hombre es tan infinita que incluso, puede darse el caso de un híbrido entre estos dos personajes. Una suerte de monstruo que aparece amablemente de rodillas y termina devorando viva a su presa.
De nada vale estar alerta, cuando menos uno lo piensa ya tiene perdido la mitad de su cuerpo en las fauces del amable delincuente.

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