Las autoridades de turismo de la RD han formado gran algarabía, por un anuncio de una transnacional farmacéutica que convida a los potenciales viajeros canadienses que quieran visitarnos, a que se vacunen contra las hepatitis A y B.
La respuesta criolla entre otras cosas además de la posible demanda, aclara qué en RD las mencionadas enfermedades están controladas. En primer lugar la Hepatitis A es una enfermedad de transmisión oral fecal, propia de países tropicales y subdesarrollados. Aquí no tenemos drenajes pluviales adecuados, no se inspeccionan los depósitos de basura ni el manejo de aguas negras y las condiciones de salubridad son sin decir mucho, pésimas.
La Hepatitis B se puede considerar como una ETS (enfermedad de transmisión sexual) además de adquirirse por otras vías como la transplacentaria o por sangre contaminada. En este punto volvemos al mismo tema de la ausencia de regulación. No existen registros confiables de enfermedades de declaración obligatoria (me consta por las muchas veces que he preguntado por ello) Las ETS en el país tienen categoría de alarma y la vigilancia de la Secretaria de Salud sobre los centros que manipulan sangre son prácticamente nulos.
Como colofón ayer pude leer una noticia que decía que el 22% de la población dominicana carece de documentos de identidad. Entonces ¿Como es posible controlar estas enfermedades?
Aquí es evidente que hay un error de cuenta y en él hay involucrado un gran número de personas, las cuales prefieren decir disparates públicamente a tratar de arreglar el problema, al menos hasta donde sea posible.
La respuesta criolla entre otras cosas además de la posible demanda, aclara qué en RD las mencionadas enfermedades están controladas. En primer lugar la Hepatitis A es una enfermedad de transmisión oral fecal, propia de países tropicales y subdesarrollados. Aquí no tenemos drenajes pluviales adecuados, no se inspeccionan los depósitos de basura ni el manejo de aguas negras y las condiciones de salubridad son sin decir mucho, pésimas.
La Hepatitis B se puede considerar como una ETS (enfermedad de transmisión sexual) además de adquirirse por otras vías como la transplacentaria o por sangre contaminada. En este punto volvemos al mismo tema de la ausencia de regulación. No existen registros confiables de enfermedades de declaración obligatoria (me consta por las muchas veces que he preguntado por ello) Las ETS en el país tienen categoría de alarma y la vigilancia de la Secretaria de Salud sobre los centros que manipulan sangre son prácticamente nulos.
Como colofón ayer pude leer una noticia que decía que el 22% de la población dominicana carece de documentos de identidad. Entonces ¿Como es posible controlar estas enfermedades?
Aquí es evidente que hay un error de cuenta y en él hay involucrado un gran número de personas, las cuales prefieren decir disparates públicamente a tratar de arreglar el problema, al menos hasta donde sea posible.
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