
Hace cinco años que la banda sonora de American Beauty (como muchas otras) me acompaña en cualquier artefacto reproductor que me rodea. Recuerdo la vez que me llevó hasta los Cerros de Gurabo y mi afán porque los otros también distinguieran cada escena de la película a través de los sonidos. No me daba cuenta de que aunque en el Caribe, era yo también un personaje secundario de la Belleza Americana