viernes, 19 de julio de 2013

Llegando peligrosamente....


El sencillo beso en la mejilla que me deja Juanjo al irse a trabajar. El mismo beso que le doy a mi hija acurrucada en su habitación profundamente oscura. House me despide en la puerta. Yo con sandalias de Panama Jack (precio medio) falda de Decathlon, camiseta sin marca con  inscripción que dice All you need is love. Siete y treinta AM, mi bicicleta con cesta frontal, mi pelo de varios colores por las canas, el fresco de la mañana y en los audífonos Jonh Denver. Llegar al trabajo...sin trajes, sin tacones, sin coche caro, sin peinado de peluquería...sin muchas preocupaciones. Definitivamente me estoy acercando peligrosamente a mi idea de felicidad.

2 comentarios:

Laura dijo...

Llegué por casualidad de casualidades a este blog y me gustó. Y también me sacó un recuerdo de otro tiempo. Cuando cumplí cincuenta y nueve años y decidí, al acercarse el tiempo de la libertad,
abandonar el uso de lentes de contacto y la tintura del pelo. El auto que usaba era una vergüenza nacional, despintado y abollado - no valía la pena repararlo- pero todavía útil. Me levantaba a las 6 AM, para entrar al trabajo antes de las 8, sin tener que apurarse demasiado. No usaba bicicleta a esa hora porque mi país es muy frío por las mañanas. En ese último año, me fui despidiendo de mi trabajo y soltando ataduras con temas y gentes, soñando con llegar viva al gran momento de la jubilación, cuando el mundo se abriría al fin. Llegué viva y si bien no es fácil sobrevivir con el 40% del sueldo que recibía, el tiempo libre es un regalo que esperaba.

En Chile hay un gran déficit de médicos y por esa razón y unas cuantas otras, el sistema de salud es pésimo.

Cordiales saludos

Laura

Eva PPC dijo...

No se puede llegar peligrosamente a la felicidad...sino satisfactoriamente, mujer.
Disfrútala mucho, lo más que puedas!!!