jueves, 11 de septiembre de 2008

Lo que necesitan es mucha agua


En estos días en que el agua no ha parado de caer por toneladas he visto lo que nunca imaginé que fuera posible en esta ciudad. Los AMET trabajando organizadamente.
Con el enorme desorden que se crea con la primera gota que cae verticalmente, no es difícil imaginar que viene después.
Se va la luz por lo que no hay semáforos funcionando, ni inteligentes ni brutos. Nadie le da paso a nadie y se forma una espiral de carros en cualquier esquina, un forcejeo que puede durar hasta veinte minutos en solucionarse.
Pero anteayer sucedió el milagro, la lluvia caía horizontal, fuerte, fría, dolorosa para los que tenían que sopórtala en sus espaldas y sus caras. En medio de la debacle tuve que recorrer la ciudad tanto de Norte a Sur como de Este a Oeste y en cada intersección vi uno o dos AMET, enfundados en capas que apenas los guarecían del inclemente tiempo. Todos trabajaban como nunca los vi hacer, me impresionaron, todos.
Ya hoy salió el sol, no hay ríos en las calles, los semáforos funcionan y los AMET, ah bueno, los AMET volvieron, unos al letargo, los otros a su función principal, crear el tapón.
Definitivamente a esta gente lo que les va es mucha, pero mucha agua.

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