martes, 10 de junio de 2008

Para explicar, no hay que ser largo ni aburrido


La discusión fue fuerte, no había manera de que aquel médico hiciera su conferencia sobre cáncer mamario de una forma sencilla. Sencilla en especial porque no iba dirigida a sus colegas, sus interlocutores serían obreros, oficinistas, personas que en el día a día no están familiarizadas con el lenguaje técnico de la salud.
Pero el grupo de abogados tampoco entendía que no todos éramos de su gremio y entre palabras en latín y frases preconstruidas para designar alguna tropelía de un conciudadano, un grupo nos quedábamos como pescado en tarima.
Los comunicadores y publicistas modernos insisten en utilizar anglicismo delante de sus clientes que muy probablemente no los entiendan, pero los primeros presumen que con ello pasan a una fase superior de lo magnífico.
Por último y con más pena vi el documental que con tanto empeño y buena fe produjo y narró Leonardo Di Caprio. “The 11 hour” trata de dar una alerta sobre el calentamiento global, el desastre que nos viene encima y del cual todos somos responsables y poco nos importa. Pero, ¿Será esa la manera de llamar a conciencia a la población mundial, harta de discursos?. A mí me pareció demasiado largo, una constelación de genios expresando sus pareceres, pero cada cual en su lenguaje técnico. Recordé entonces el documental de David Guggenheim donde Al Gore hizo de un excelente anfitrión. Ese impresionó, al menos nos daba pesar cometer esos delitos ecológicos durante las próximas 24 horas.
La forma de llamar la atención sobre los problemas cuando todos no somos igualmente entendidos, debe, al menos en mi parecer, ser fresca, rápida y sin demasiados tecnicismos. Así se logra mucho más.

No hay comentarios: