martes, 13 de enero de 2009

Los números, la estadística, la filosofía marxista y los amigos


Tengo un amigo, casi todos tenemos un amigo. Pero este en particular abomina de los números, no maneja tablas dinámicas de Excel y por tanto no comprende el valor supremo de la estadística.
Siendo esta una ciencia tan utilizada en la actualidad, tanto en las exactas como para manejar patrones sociales y hasta gubernamentales, no entiendo porqué puede alguien deprimirse o enfurecerse cuando lee el uso que cualquiera le da a una explicación en cifras.
Desde que tengo uso de razón en mi país todo se trata en números, en porcientos y en comparaciones numéricas. Jugar con cifras ha sido un estandarte de la Revolución, esa que ya llegó al número 50, en años. Las comparaciones según la dialéctica marxista (realmente Engeliana) son útiles incluso para descifrar La unidad y lucha de los contrarios.
Cuando se establecen paralelismos numéricos se comienza a crear circunstancialmente la Ley de los cambios cuantitativos en cualitativos. Una estadística social bien argumentada sienta las bases para distinguir los procesos innegables que se desarrollan dentro de la Ley de la negación de la negación. En este último caso el desarrollo se genera a partir del salto que se da desde un viejo esquema, mejorándolo, enriqueciéndolo, pero no del modo Hegeliano que flota solo en el campo de las ideas, sino en el concepto marxista, en el del materialismo dialéctico, ese que tuvimos la suerte de estudiar por cuatro semestres durante nuestra vida universitaria.
El problema fundamental de la revolución cubana (no el de la filosofía) es que se aferró a los números trascendentales en el más puro concepto matemático. Pi, 3.14159... el número constante que no varía…esa es la respuesta de la evolución social cubana de los últimos 50 años.
¿Será posible que mi amigo no sepa que?: Numéricamente la salud en Cuba se ha deteriorado, que la calidad y cantidad de profesores ha disminuido, que las necesidades fundamentales han crecido mientras que la talla (antropológicamente hablado) del cubano disminuye y que los derechos universales se reducen cada vez a menos personas.
Estamos de acuerdo, no hace falta compararse con las cifras de antes del 5-9 como dice mi amigo. La Revolución cubana no resiste una comparación de sus mismas cifras y eso querido que tanto gustas de la filosofía marxista, creo, no lo podrás negar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Querida Zilma (aquí Ana Zilma), parece que debes cuidar más y mejor tus amistades y a tus amistades.

Tus amistades porque uno (en esta caso, una) debe saberse proteger de confrontaciones dialécticas hechas sólo con el ábaco como arma. La lucha es desnuda y vas pobremente armada, cual laqueario enfrentándose a un reciario.

A tus amistades porque diría que hay un cierto aprovechamiento de la atalaya que supone un blog para “hablar sin que te interrumpan”; diría que hay un cierto abuso, si me consientes el exceso verbal o gramatical. ¿Acaso confundiría tu amigo la matemática con su hija bastarda, que es la estadística? ¿Acaso desconoce que el marxismo no resiste una comparación con el marxismo? ¿Te aseguraste antes de escribir de qué aprovechamiento académico obtuvo tu querido filósofo marxista de sus cuatro universitarios semestres de materialismo dialéctico, si es que los tuvo?

Dejo las preguntas suspendidas en el aire, esperando que no las barran los nuevos vientos.

Así pues, cuida tus amistades y a tus amistades querida Zilma. Es un humilde consejo de un anónimo, que aquí lo es por pereza y por ser, al fin, un reconocible conocido.