
He tenido un millón de razones para llorar, exactamente como todos. Da lo mismo que fuera por rabia que por alegría, por dolor que por sublime placer, pero hace muchos días que no lo hago. Esto podría ser interesante, pero me resulta ineludiblemente extraño.
En muchas ocasiones uno mismo es quién decide no llorar, ni para bien ni para mal, pero hoy, justamente hoy comencé a sentir un extraño cosquilleo en la nariz. Sentí calor en las orejas y sin más aviso me sorprendí llorando, llorando con tanta amargura que decidí no parar, llore fuerte, con sollozos. Lo peor es que no sé exactamente porque lloraba, solo sé que fue al entrar al parqueo de mi casa. Tal vez lo necesitaba, solo me acompañaba una canción…”More than feeling”
2 comentarios:
Este es el post que más me ha gustado de todo el blog. La ilustración es exacta.
Ann Carson, La belleza del marido, Barcelona, Lumen, 2003. “Un ensayo narrativo en 29 tangos”.
De nada...
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