lunes, 3 de noviembre de 2008

Después de esto, no obstante, pagaré mi deuda

Reconocer que se cambió de idea en el último minuto puede tener un viso de poca seriedad. Suelo ser bastante constante en mis ideas, en especial las sociopolíticas, religiosas y deportivas. Una muestra de mi firmeza hasta las últimas consecuencias es mi partidismo militante por los Yankees de NY y por el Real Madrid aunque Boston y el Barca estuvieran dándole palos a diestra y siniestra.
Esta vez me equivoqué, lo reconozco hoy 3 de noviembre a un día solamente de las elecciones presidenciales más cacareadas en el mundo. Siempre me sentí más atraída por el partido demócrata tanto como me era repulsivo el republicano. Esta vez la idea de una presidenta como Hillary Clinton me hizo sentir que las cosas podían cambiar después del desastre electoral con Al Gore. Pero al perder la Clinton y ver en la campaña de Obama carteles del Che, un discurso que en sus inicios tenía el tinte racial bien impregnado y la desmedida maquinaria publicitaria que lo llevo incluso a ser portada de GQ, sentí que ese no era el camino.
Abdique de mis ideas y resolví pensando en mi país, que tal vez si aparecía alguien que supiera quienes somos, alguien a quien no le fuera tan importante el jueguito ni con Fidel ni con los antifidel sería un paso más hacia la construcción de una Cuba para todos los cubanos. No era racismo, pero no me gustaba Barack.
Poco a poco el panorama me fue cambiando, ninguno de los dos contrincantes tiene a America Latina en su agenda, entonces tenía yo que definir muy bien mis argumentos. Me siento en el deber de reconocer que el senador Obama le lleva un enorme trecho al senador McCain en todo. La experiencia, esa no es la pértiga para el salto. Pongamos un par de ejemplos que me tocan de cerca: Cuando Fidel Castro inicio su gobierno hace tanto tiempo como 50 años, no tenía ninguna experiencia en el poder y logró cosas en el orden social que muy pocos países de la región han logrado, sin embargo mientras su experiencia creció, su gobierno fue peor. Igualmente sucede en República Dominicana con el caso del actual presidente Leonel Fernández quién está repitiendo en un tercer mandato y cada uno que ha sumado a sido peor.
Entonces me encuentro que hace unos días en lugar de oír a Coldplay busqué desenfrenadamente Yes we can, y me conmovió. Si señores Barack Obama me conmueve, creo que definitivamente es lo que hace falta, que pena que no se postulara por el Partido Comunista Cubano, tal vez sería una buena solución.
No me queda de otra que ir comprando la botella de Whisky que debo, pero de seguro me la empinaré yo sola porque aunque tardíamente yo también gané.

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